El vino Hipérico
El Hipérico es un estilo de vida . Sus tres variedades -blanco, rosado y tinto- es un espejo de cómo entienden, trabajan y viven la vida la familia Caralt y Jané . Un estilo de vida en equilibrio entre el esfuerzo, la dureza y la constancia que implica dedicarse al campesinado; y al mismo tiempo, un equilibrio entre el saber disfrutar, el relajarse y el aprovechar los bonitos momentos de cada etapa de la vida. Y esto es lo que le invitan a sentir mientras se prueba el vino Hipérico: encontrar el equilibrio.
Vino blanco Hipérico
descripción del maridaje con las plantas y este vino.
Vino tinto Hipérico
Vi negre jove amb tonalitats roig rubí elaborat amb merlot i syrah. Un vi amb personalitat i amb notes de sàlvia, sajolida i romaní. Un vi que t'omple de boca.
Vino rosado Hipérico
Vi rosat jove elaborat amb merlot. Aromàtic i deliciós en boca, amb notes de caramel i menta. Una combinació a priori estranya, però increïble en tastar-lo.
Los viñedos de Sant Marçal
El vino Hipérico se cultiva en los viñedos que bordean el municipio de Sant Marçal, situado en el Alt Penedès . La familia Caralt Jané viene de generaciones que trabajan en el campo y ese esfuerzo se ve reflejado con las tierras que trabajan. Un trabajo que no entiende de vacaciones, pero sí de valores; los que se aprenden trabajando en familia, los que se adquieren con la experiencia y los que se van pasando de generación en generación .
¿De dónde viene el nombre 'Hipérico'?
El nombre del vino Hipérico no es casual . Viene de la planta botánica que tiene cierta historia mágica . La tradición del hipérico es muy antigua: Hipócrates ya citaba su uso como analgésico y contra la ansiedad. Y durante la Edad Antigua se creía que su aroma podía alejar a los malos espíritus: cuando en una ciudad se desencadenaba una epidemia, colgaban ramas de hipérico en las puertas como protección .
Aunque no hace falta ir tan atrás, Brigitte Caralt y su abuela es justo lo que hacían la tarde de la verbena de Sant Joan: juntas iban a recoger Hipérico y después la colgaban en la puerta de casa. Su abuela ya le decía “¡nos guardará de las malas energías durante todo el año!” . A estas alturas, Brigitte aún no sabe a ciencia cierta si funcionaba o no, pero el rato que pasaba con su abuela era todo lo que necesitaba para rehuir de los malos sentimientos.
Pero esto no sólo quedaba aquí: con las flores de Hipérico elaboraban juntas el aceite de golpe -un macerado de aceite de oliva que ayuda a minimizar las consecuencias de los golpes, tal y como se puede prever por su nombre-. De hecho, antiguamente el hipérico se utilizaba para curar las más diversas enfermedades, entre ellas, lo que era llamado como "melancolía", lo que correspondería a lo que hoy conocemos como depresión.
Por otro lado, el nombre botánico "Hypericum perforatum L" deriva, según algunos autores, de un vocablo griego que significa imagen, fantasma. Esto daría por sí mismo un significado mágico a la planta , aunque otros lo traducen como "por encima de todo lo imaginable", aludiendo a sus múltiples virtudes , porque era considerado como una panacea.
El Parc de les Olors de Sant Marçal
En el Penedès se encuentra fácilmente entre los márgenes de los caminos, y cuando florece, ¡anuncia el verano y el buen tiempo!
Esta planta la podemos encontrar en el Parque de los Olores de Sant Marçal , también gestionado por la familia Caralt Jané.
Un espacio donde se cultivan diferentes cultivos ecológicos aparte de los viñedos y los olivos. Pero donde el principal cultivo son las plantas aromáticas, medicinales y culinarias . Como decíamos, son una familia con una larga trayectoria agrícola y también, curandera.
Brigitte Caralt es la directora del parque y su misión es clara: dar a conocer la cultura etnobotánica a todos, sean grandes o pequeños. El motivo podría ser sencillo: es naturópata de profesión. Pero en realidad va más allá. El Parc de les Olors es un homenaje a su abuela, quien la introdujo en el mundo de la fitoterapia. Y en el fondo, a todas las abuelas: es un homenaje a las mujeres agricultoras y medicinales de todos los tiempos por el legado que han dejado, y que gracias a familias como Caralt y Jané sigue prolongando.